¿Alguna vez será básica la enseñanza básica?
Notas
1.- La simbiosis entre el
éxito social y dinerario, el neoliberalismo más desbocado y la petulancia de la
clase dominante ha acumulado en los últimos años una serie de “aportaciones” que cabe la pena reseñar por sus efectos “beneficiosos” en el espacio educativo
y social.
3.- A todas luces, se trata de
dar por buena la desigualdad. Se dice y
se escribe con frecuencias que los desiguales no han podido o no han querido
aprovechar sus oportunidades. Y, además, el éxito no puede ser un bien
participado: si así fuera, no sería tal, no sería un rasgo distintivo.
4.- El fracaso, como
consecuencia inevitable se acepta, sin más, y se endosa, sin escrúpulos, a los
fracasados.
5.- El fracaso y la
marginación incluyen una educación precaria y un servicio sanitario igualmente
empobrecido. La oligarquía no necesita tales bienes comunes, porque su propia
estructura está reñida con la idea de comunidad y sus recursos les permiten
generar su propia red.
6.- La oligarquía dominante,
perro de presa insaciable en la sociedad global, necesita, y lo tiene, un
acceso restringido a las vías del éxito,
exclusivas para las élites.
7.- Los privilegios no son tales: son el resultado lógico del éxito amparado por una estructura propicia para ello.
8.- El neoliberalismo ha hecho
fortuna, en todos los sentidos, especialmente en el mundo rico, espacio en el
que se oculta magistralmente la pobreza.
9.- Y hablamos de pobreza en
un sentido global: pobreza educativa, pobreza sanitaria, pobreza alimentaria,
pobreza habitacional, pobreza para el vestido y el ocio. ¿Hará falta citar
cifras contrastadas?
10.- A las alturas del siglo
XXI, apareciendo ya las primeras constancias de que los saberes básicos, en el
horizonte 2050, serán radicalmente distintos a los actuales, no debiera
esperarse a acabar de una vez con un currículum vergonzante, con saberes
obsoletos y enciclopédicos, repetidos hasta el hastío, inútiles, obedientes a
intereses bastante evidentes. ¿Y todavía podemos pensar que se aburren los alumnos,
cuando se les enseñan “cosas” de anteayer?
¿Qué podría hacerse si las
enseñanzas básicas en torno al 2050 estuvieran dominadas por el saber
tecnológico, el ocio y el diseño, como apuntan ya los “sabios del futuro”?
11.- ¿Alguien ha pensado que
tal vez es deseable que el profesor no domine la enciclopedia y sí como
tratar la diversidad, la marginación, la
exclusión, la diferencia, las relaciones sociales, los valores cívicos?
Intereses de toda índole, los
gremiales también, han impedido, al estilo de las mejores fuerzas
reaccionarias, la definición de una vez de los saberes básicos del siglo XXI.
Y la enseñanza obligatoria no tiene porqué
pagar los desastres de una enseñanza universitaria anclada, no sólo en el
pasado, como en los intereses corporativos.
12.- El profesor Nuccio Ordine
habla con finura italiana de los “saberes inútiles”. Pero, la inutilidad de
saberes rancios estancados en el currículum es otra cuestión, una enfermedad
endémica.
El profesor Lledó, como es sabido, denomina a esta enseñanza paleolítica, “asignaturesca”.
Agustín Chozas
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