EMPRENDIMIENTO SOCIAL (II)
1.- No es novedosa la habilidad que tiene el capitalismo
rampante para contaminar hasta las esferas más remotas, como es el caso del
lenguaje social.
La idea tan cotidiana de ayudar a los demás, ocuparse de los otros
empieza a denominarse como una actividad de “emprendimiento social”, acudiendo
a un recurso del campo empresarial.
2.- El mundo financiero y empresarial ha decidido revestirse
de categorías más propias de la moral cívica para adornar actividades que, en
tantos casos, son aplicaciones de métodos de mercado al lado de tareas de
asociaciones dedicadas a la filantropía y al humanitarismo. Difícil
conjugación.
3.- En esta complicada colaboración, las organizaciones
humanitarias implicadas en tareas y compromisos sociales rigurosos corren el
peligro de salir mal paradas e hipotecarse y, lo que es peor, servir de
coartadas a objetivos de impacto social que esconden, mal, otros intereses.
4.- ¿Pueden ir de la mano las aspiraciones al éxito económico
con la responsabilidad social o la defensa desinteresada del medio vital?
5.- Campos como la pobreza infantil, la educación en general,
las consecuencias del destrozo del medio vital, la reincorporación de adultos
al mundo de la formación son objetivos bien definidos para tareas dedicadas con
generosidad a su mejora o cualquiera de las muchas causas existentes en los
diversos mundos del desarrollo bien pueden ser atendidas por especialistas
cualificados.
6.-En el caso del profesorado
sus aportaciones al emprendimiento social en el marco del espacio de los
centros educativos son ya una necesidad.
7.- Finalmente, algunas limitaciones evidentes debiera ser
posible poner al capitalismo voraz, encandilado ahora con el emprendimiento
social:
-¿se está dispuesto a trabajar por una sociedad más fuerte e
igualitaria en detrimento del lucro desmedido?
-¿se está dispuesto a trabajar por mejorar la situación del
abandono o el fracaso de toda índole, reconociendo que la desigualdad no es un
fenómeno sobrevenido sino un elemento determinante de la estructural de vida
humana?
Agustín Chozas Martín, FEAE de CLM
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